Hace algunos días estuve conversando
en un foro, que realizó la empresa Artes Gerenciales Consultores, sobre
emprendimiento y su situación en Venezuela. En esa presentación mostramos los
resultados del estudio que el Monitor Global de Emprendimiento, GEM por sus
siglas en inglés, realizó para el año 2012, he aquí un pequeño resumen y
algunas consideraciones sobre el tema que surgieron en este evento.
Para el año 2012 según el GEM
Venezuela se ubicó en el puesto número 11 del ranking de emprendimiento
mundial, bajando del séptimo lugar que ocupaba en el año 2009, un 76% de los
venezolanos entrevistados para este estudio expresó su deseo de tener su propio
negocio, sin embargo la tasa de éxito de los emprendimientos está cercana al
15%, un número bajo cuando existe tan alta tasa de propensión a emprender.
A pesar del deseo manifiesto de
los venezolanos por tener su propia empresa, los datos de 2012 muestran una baja
actividad emprendedora al compararla con la de los otros países de la región y
con los datos que exhibía el país en la primera década del siglo XXI. Por
ejemplo la tasa de negocios propios establecidos en Venezuela, con al menos dos
años de operación, está en el orden del 1.6%, contrastando con el promedio suramericano
de 8.35%, la tasa de nuevos negocios
propios fue del 2.6% y la TEA o la tasa de actividad emprendedora fue del 15,4%,
este último indicador, que es el utilizado para construir el ranking mundial de
emprendimiento, se ubicó en un promedio de 22.8% para Venezuela entre los años
2000 y 2010.
La disparidad entre las ganas de
emprender de los venezolanos y los datos presentados tienen entre sus causas las
siguientes:
En primer lugar lo dificultoso
que resulta en Venezuela la constitución de una empresa debido a la gran
cantidad de trámites administrativos que esto conlleva. En el último estudio
presentado por el Banco Mundial sobre la facilidad de hacer negocios, el país
ocupo el puesto 180 de entre 186, un emprendedor venezolano debe invertir en
promedio 144 días y realizar 17 trámites administrativos para ver materializado
su negocio, mientras que el promedio de la región es de 35 días y 9 trámites.
Un par de elementos importantes y
que tal vez expliquen la alta tasa de fracasos de nuevos negocios son el
desconocimiento, por parte de los emprendedores, de herramientas para gestionar
su negocio y la motivación errada para emprender.
Los emprendedores por lo general
son personas a las que se les ocurre una idea y la materializan, pero, no
necesariamente saben como manejar las finanzas, el recurso humano, la
legislación vigente o no conocen realmente el mercado en el que incursionaron y
las condiciones para competir en este, estos elementos, entre otros, son
fundamentales para llevar una empresa a buen puerto.
La motivación para emprender
también es importante y esta tiene que estar relacionada con una visión
transformadora, a través de la satisfacción de necesidades y solución de
problemas sociales y de mercado. Aquellos proyectos de inversión que son
desarrollados solo bajo la visión de obtener lucro por lo general fracasan.
Los costos laborales y asociados
a las obligaciones legales en Venezuela son otro punto a tomar en cuenta, solo
en el pago de nómina puede ocuparse entre un 60 o 70% del
ingreso de una pequeña o mediana empresa, esto sumado a las cargas impositivas
definitivamente atenta contra la salud financiera de cualquier emprendimiento.
Un punto adicional es la
inexistencia de un marco legal claro que asegure el respeto a los derechos de
propiedad, lo que definitivamente incrementa la incertidumbre de los
emprendedores y es una de las causas principales de la baja tasa de personas
que están dispuestas a invertir sus ahorros en un negocio propio, la cual
alcanzó el 3,3%.
Dado este panorama qué podemos
hacer para incentivar y apoyar al emprendimiento y la creación de nuevas
empresas. Inicialmente debemos entender la importancia que tiene el
emprendimiento en el crecimiento y desarrollo económico y más en estos momentos
de crisis mundial. A través del emprendimiento se genera innovación y cambio
tecnológico uno de los ingredientes necesarios para poder crecer, además de
esto se crean nuevos bienes y servicios que abastecen los mercados y nuevos
puestos de trabajo.
A pesar de que la economía
venezolana ha crecido en los últimos años y que la tasa de desempleo fue del 6%
en el año 2012, aún quedan varios temas pendientes que podrían ser resueltos a
través de políticas que incentiven el emprendimiento y la creación de nuevas
empresas. Por ejemplo las altas tasas de empleo informal en el orden del 42% y
la tasa de inactividad, alrededor de 7 millones y medio de venezolanos en edad
de trabajar están, por distintas razones, sin realizar actividades productivas.
Otro tema pendiente es la
superación de la dependencia petrolera como motor del crecimiento económico,
aunque es muy difícil cambiar el modelo de explotación y renta de un día para
otro, la creación de empresas nuevas permitiría diversificar nuestra economía
en el mediano y largo plazo, abastecer el mercado interno y competir con
productos y servicios en los mercados internacionales.
Aunque desde el sector privado y
las universidades se están haciendo esfuerzos para promover el emprendimiento,
con programas de capacitación, apoyo y difusión de la actividad emprendedora,
esto debería formar parte de una política de Estado que articule estos
esfuerzos con medidas como una reforma de la estructura burocrática que
facilite el registro de nuevas empresas, reduciendo el número de trámites y
días, como un ejemplo extremo podemos mencionar el caso de Nueva Zelanda en
donde registrar una nueva empresa ocupa solo un día y se hace a través de un
trámite administrativo.
También puede incentivarse la
creación de parques industriales a través de medidas impositivas favorables,
políticas de financiamiento y protecciones temporales, para aquellos
empresarios que decidan abrir sus negocios en estas áreas. Esto además de
generar economías de escala y aprendizaje, crea una gran gama de servicios
asociados a la actividad productiva principal, que se traducen en nuevos
empleos y en una mejor calidad de vida para las poblaciones cercanas.
Por último debe existir un marco
regulatorio claro que respete los derechos de propiedad e incentive la
inversión privada. Estas son solo algunas de las ideas compartidas en este
foro, seguramente habrá muchas otras que permitan hacer del emprendimiento un
motor de desarrollo y crecimiento económico, aprovechando la inclinación de los
venezolanos a aventurarse por los caminos que llevan a ser empresario.
Fuentes Consultadas:
Instituto Nacional de Estadísticas INE.
Estadísticas del Fondo Monetario Internacional.
Global Report 2012, Monitor Global de Emprendimiento
Doing Business 2013, Smarter Regulation for Small and Medium Size Enterprises, World Bank.