Un elemento fundamental a la hora de emprender es conocer cuál es el tipo de mercado al que entraremos con el bien o servicio que pensamos desarrollar, producir y comercializar. Desde los mercados competitivos hasta los monopolios podemos pasearnos por un conjunto de características que definitivamente debemos tomar en cuenta, ex ante, para tomar decisiones acertadas y garantizar el éxito de nuestro proyecto.
Hay al menos cuatro
elementos sobre el mercado objetivo que todo emprendedor debe conocer, estos
son:
Si existen o no
barreras de entrada, a medida que los mercados son más concentrados es mucho
más complejo entrar en ellos debido a estas limitantes que pueden manifestarse
como grandes montos de inversión, acceso a cierta tecnología o recurso natural,
protección gubernamental o la propiedad de alguna patente. Por ejemplo no será
lo mismo entrar a un mercado atomizado como la consultoría en la que
seguramente solo necesitaremos de nuestro know how y algunos equipos que
intentar ingresar en telecomunicaciones.
Cómo se comportan
las empresas en el mercado objetivo, el grado de concentración que exista en
este definirá las acciones que tomen cada uno de los participantes, tanto para
competir entre ellos como para hacer frente a la entrada de nuevos
emprendedores.
Cómo nos
comportaremos nosotros como nuevos entrantes al mercado, el conocimiento de la
estructura de mercado nos permite desarrollar nuestra estrategia para ingresar
y competir. La elección entre asignar un precio por debajo del de la
competencia para nuestro producto o diferenciarlo con bienes o servicios
asociados o a través del marketing será una consecuencia de este conocimiento
sobre la estructura en la que pretendemos entrar y la respuesta que los
competidores podrían tener ante nuestro ingreso.
Aunque siempre que
emprendemos lo hacemos pensando en el éxito, debemos tomar en cuenta la
posibilidad de que no nos vaya también como lo hemos planificado y tengamos que
abandonar el mercado. En este punto entran en juego las barreras de salida,
generalmente representadas por los costos hundidos que tengamos que asumir.
Volviendo al ejemplo del emprendedor que incursiona en el mercado de la
consultoría, para este será más fácil tomar su ordenador y dedicarse a otra
actividad que para aquel que invirtió una fuerte suma de dinero en la compra de
maquinarias especializadas para la producción de determinado bien.
El conocer estos
elementos, entre muchos otros, no nos garantizan en éxito, pero definitivamente
nos iluminan el camino ya azaroso del emprendimiento.
Artículo publicado en @Proemprender, 2013.