Todo emprendedor social actúa motivado por una necesidad interna de transformar su entorno, mejorando la calidad de vida de un conjunto de personas afectadas por algún estado de carencia, para tal fin desarrolla un proyecto cuyo resultado es un conjunto de bienes y/o servicios que podríamos denominar sociales.
Sin embargo, el
verdadero poder de este tipo de iniciativas va más allá de la provisión de
estos bienes y servicios, se encuentra en la oportunidad que nos brindan los
proyectos sociales para transferir conocimiento y empoderar al conjunto de
personas cuyas necesidades pensamos atender.
Las metodologías
que se utilizan para el desarrollo de proyectos sociales incentivan la
organización de aquellas personas que serán beneficiadas y que una vez
capacitadas tendrán la oportunidad de participar durante todo el proceso de
solución de sus necesidades. Es en este ciclo de organización – capacitación –
acción donde reside la sostenibilidad del proyecto, ya que mientras más
involucradas estén las personas beneficiadas, mayor será el sentimiento de
pertenencia que tengan con la intervención y sus resultados, garantizando el
uso de sus productos en el muy largo plazo.
Artículo publicado por @Proemprender, 2013.
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